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“Distancia de rescate”: el mayor de los miedos

Es una tendencia que parece irreversible. Ya en una nota del diario especialista en mercados y economía The Economist, se aventura un futuro a no largo plazo para las industrias culturales. Y parece tan plausible que va cumpliéndose casi inexorablemente.


La nota en cuestión es un resumen de 20 puntos que fueron sometidos al análisis de 50 expertos en las diversas áreas de desarrollo, para establecer una suerte de panorama epocal sobre cómo la pandemia aceleró los procesos de cambios sociales. Y los consultados coinciden en que el cine, arte y entretenimientos caminan hacia un destino predominantemente virtual, a través de suscripciones.


Día a día las plataformas vienen dando señas de que son el presente y el futuro. Y “Distancia de rescate”, la película que se codeó con las grandes del circuito en el Festival de San Sebastián, es un elocuente apunte sobre el interés de las productoras en hacer ingresar a sus filmes en el circuito de catálogos más masivos.



Dolores Fonzi es una de las estrellas argentinas con prestigio internacional y se puso a la cabeza de este elenco de un filme que es de la factoría Netflix.


Este proyecto es poderoso en su concepto inicial y se adentrarse en los laberintos del miedo que late en corazón de toda madre: el de perder a su hijo.


El punto de partida de “Distancia de rescate” es la extraordinaria novela de la escritora, también argentina, Samanta Schweblin (te recomendamos este libro ardientemente).

Pero la realizadora que se dio a la tarea de transponer esta novela prodigiosa es la interesante peruana Claudia Llosa (la misma de “La teta asustada”, película ganadora del Oso de Plata en Berlín).


Los créditos de este filme suman más promesas, como el co-protagónico de la actriz española María Valverde.


El libro que es fuente de esta pieza fílmica es de una atmósfera inquietante y desesperada que se anuncia de la primera a la última página. Un verdadero prodigio literario minuciosamente construido. Fue, de hecho, un justo finalista al Man Booker International.



Su autora, Samantha Schewblin, ha escrito el guión de la película junto a Claudia Llosa por lo que se espera que la transposición cinematográfica -“Distancia de rescate”- sea un bombazo artístico de proporciones.


“Es una pesadilla hecha realidad, un cuento de fantasmas para el mundo real, un relato inquisitivo y una historia de amor”, dijo Llosa al momento de comenzar con la tarea de transposición al cine.


La trama se filmó en la Patagonia chilena pero para la ficción hace pie en la Argentina. Amanda (Valverde) viaja con su hijita para vacacionar en una casa de campo y allí conoce a Carola (Fonzi), una mujer tan atractiva como inquietante.


Tanto el libro como la película en su título refieren a una obsesión de Amanda que es tener siempre a su hija un espacio de separación que le permita, ante cualquier peligro, auxiliarla. Bajo ese concepto es que establece con la nena un pacto por el cual ella podrá ir adquiriendo libertad y explorar el mundo pero siempre relativamente cerca de su madre para que la proteja, llegado el caso.


Transponer la escritura literaria a la cinematográfica es la que alienta la curiosidad de los amantes del cine y, a juzgar por los comentarios que ya surgieron de su paso por España: logradísima.



Es que en el libro el personaje principal va transcurriendo en la realidad acompañada por la voz de un niño que la acompaña todo el tiempo. Y es de esa voz narrativa misteriosa -que provoca en el relato saltos temporales constantes- de donde comienzan a fluir las inquietudes y el terror.


Para la transposición del libro, Llosa contó con la colaboración de la autora. “Esa sensación de algo febril, confuso y urgente, ese relato sobre dos mujeres que se conocen en el idilio del campo, que se cuentan sus historias, sus vacíos, sus miedos y al mismo tiempo se intoxican, atraviesa toda la trama y hace que no sepas si estás entre los vivos o los muertos, en agonía o en un estado febril”, señaló la directora en una entrevista a la agencia de noticias Efe. “Todo es posible y nada se niega, y esto abre expande el relato de manera fascinante”, concluyó.


El Oscar que recibió esta realizadora peruana, los aportes y colaboraciones en la producción de grandes como Pablo Larraín, el prestigioso nombre del director de fotografía Oscar Faura (colaborador recurrente de J.A. Bayona), y el estupendo recibimiento de la cinta en Europa, le auguran alto impacto tanto a su camino por el exterior como a su estreno en Netflix, que está previsto para el próximo 13 de octubre.


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