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El estilo "tolkiano" audiovisual: una moda que no se extingue

A 20 años del estreno de "El señor de los anillos", la serie documental “El reino de los piratas” y la serie “Sombra y hueso”, que se pueden ver por Netflix son un ejemplo interesante de cómo encontrar distintas formas para seguir sacándole el jugo a la épica.


Si hay una industria que entiende a la perfección cómo capturar la atención de los adolescentes, esa es la audiovisual. Y los recursos para lograr esa empatía casi siempre son creativos, diversos y definitivamente bien orientados a gustos y preferencias.



Dos casos ejemplares son el documental “El reino de los piratas” y “Sombra y hueso”; productos que Netflix estrenó hace unas semanas y que tienen todos los ingredientes para atrapar entre las mareas de sus líneas de guión a los chicos y chicas que gustan de la épica y las aventuras.


Los inicios del fenómeno


La moda empezó hace 20 años, cuando el streaming no existía, con la transposición al cine de “El señor de los anillos”; la obra literaria monumental de J.R.R. Tolkien a la pantalla grande, de la mano de Peter Jackson.


Y la industria audiovisual, que si algo sabe es captar pulsiones, comprendió al instante que ahí había una mina de oro que daría muchos, pero muchos, lingotes.


Desde esos inicios del 2000 hasta nuestros días es casi incontable la cantidad de películas que hacen pie en el universo de los reyes, los caballeros, los salvajes o los antiguos. Sólo por mencionar algunas, que hoy se ofrecen en Netflix con esa índole en muy diversas formas y producciones: “Mongol”, “El rey”, “Cazador de demonios”, “Robin Hood”.



Pero vamos a la tv, que empezó este plan con algún retraso. Diez años son los que tardó en llegar el batacazo. No por Netflix sino por HBO con “Game of thrones”: una versión más oscura, medio porno, sanguinaria y cruel de trazar paralelos con el fenómeno inextinguible de Tolkien. Fue George R.R. Martin el autor que encontró el pulso actual para reactivar la pasión por la épica en millennials y centennials.


Como hablamos de Netflix, y de su firme decisión de liderar en el streaming, la reacción llegó con: “The witcher”, la saga del mago Geralt; basada en la interesante obra literaria del polaco Andrzej Sapkowski, que empatizó divinamente con lo que exploraba History y sus “Vikingos”: ahondar en los folclores míticos de países europeos no centrales para entregar otros monstruos, otros misterios y otros aires narrativos.


“The Witcher” encontró su propio estilo, ni “Game of thrones” ni “Vikingos”; pero sí de un parentesco tolkiano (como todas) de dosificar la emoción en mundos inexistentes aunque lo suficientemente amables como para imaginarlos habitables. Está en preparación de nuevas entregas para este 2021, que tienen retraso por causas de la pandemia.



Sin embargo, ni el bicho puede con la fiebre medieval que sube la temperatura de los fans. Es por eso que, para no dejarlos abstinentes e ir sumando puntaje, Netflix abrió su catálogo a múltiples formas televisivas de rondar esos universos.


Es así que series como la propia “Vikingos” que pasó a la plataforma se suma a una larga lista de exitazos como: “Bárbaros”, “Knightfall”, “Carta al rey”, “The last kingdom”, “Troya”, “Marco Polo” y un largo etcétera.


Como todo es poco, también el documental abre el espectro al género: “El imperio romano”, “El ascenso de un imperio otomano”; entre más. Ahora hay dos producciones que han llamado especialmente nuestra atención porque son muy recomendables: “El reino de los piratas” y “Sombra y hueso”.


“El reino de los piratas”

Documental apasionante que cuenta cómo estos señores bravíos de los mares hicieron pie en nuestro continente, construyeron casi una república y fueron delineando, al paso febril de su codicia, la fisonomía socioeconómica del continente.



El documental se vale del recurso de la dramatización, utilizado de una manera muy ingeniosa, para proponer capítulos intensos, repletos de subtramas y detalles que le dan espesura al producto pero, además, el diseño de arte hace pie en esa pasión de los jóvenes por la estética de época con un vigor notable.


“Sombra y hueso”

Mezcla de todo un poco: universo distópico inexistente instalada temporalmente en un posible pasado de la historia occidental, que encuentra en la Rusia zarista su fuente de poética visual.


“Sombra y hueso” es una ficción por capítulos -con promesas de muchas temporadas- que tiene todos los ingredientes de la fórmula muy bien calibrados: la protagonista con la que empatizar, los villanos a los que adherir, el galán para enamorar y el malo al que cargar todas las culpas de aquello que nos envilece.


El argumento es el de la novela bestseller de Leigh Bardugo, que cuenta que fuerzas malignas conspiran contra una joven cartógrafa, cuando descubre que tiene un poder mágico que puede unir a esos mundos inventados y particulares.



La actriz Jessie Mei Li se ha convertido, como Annya Taylor-Joy con “Gambito de dama”, en la figura femenina del momento por la pregnancia de su personaje en las audiencias.


Otra vez el diseño de arte hace su magia: vestuario, fotografía, efectos y creación de universos son esenciales para generar en los fans de la novela -en lo chicos que no la han leído pero se acercarán seguramente a ella a partir de esta serie- fervor por esta exitosa transposición.


Muchos dicen que está llamada a convertirse en la “Game of Thrones” de estos tiempos. La índole es distinta y única -algo que juega a su favor- y por eso mismo no nos atreveríamos a afirmar esa simpleza. Sí la pretensión de Netflix es que suceda con ella lo que sucedió con la saga de Martin: acopiar millones en merchandising y aledaños.


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